La pregunta es ¿Por qué los padres se agobian cuando nace un hijo con un pie zambo o equino varo? ¿Es realmente una lesión tan grave para producir tanta preocupación? Probablemente el motivo sea el temor de los progenitores a que su hijo crezca con una deformidad. Pero si ves el video entero podrás comprobar cómo se puede corregir adecuadamente esta deformidad congénita, sin que quede ninguna secuela.
Cuando una mujer embarazada va a dar a luz, siempre tiene el deseo de que su hijo nazca perfecto. Pero cuando nace con un pie zambo o equino varo congénito, genera una gran preocupación sobre todo por si su hijo o hija podrá caminar algún día con unos pies normales. A veces, a los padres les cuesta entender cómo todavía se desconoce la causa de esta deformidad, hay casos donde claramente la causa es una enfermedad congénita por ejemplo en la artrogriposis.
Se han definido muchas teorías sobre las causas del pie zambo, por ejemplo: madres primerizas que producen poco liquido amniótico durante el embarazo, cambios de temperatura según las estaciones del año, toxinas o infecciones por algunos virus (ahora veremos que influencia tendrá el Covid 19 en los próximos meses) o contracturas de los músculos de la pantorrilla. En definitiva no hay una causa clara.
El caso que os traigo hoy, es el de un niño recién nacido con los dos pies zambos. El deseo de los padres fue que tratáramos a su hijo para que tuviera unos pies sanos y funcionales que le sirvieran para caminar. Esto es lo que expresaban cuando vimos al niño por primera vez, ya que se sentían mal al ver a su recién nacido con esos pies. Les generaba mucho malestar tener a su primer hijo con este defecto y que en el futuro pudiera tener problemas para caminar o problemas sociales ( porser rechazado por otros niños).
Hemos tenido muchos padres con esta situación, pero al mostrar otros casos de niños a los que tratamos con éxito mediante estos procedimientos han confiado en nuestra clínica.
El niño tenía unos meses de edad cuando lo vimos por primera vez, los dos pies estaban deformados y sin corregir. Había sido tratado con yesos, que se cambiaban semanalmente e intentaban corregir la deformidad, pero no se consiguió. Ya desde el siglo 19 se utilizaban los yesos para corregir los pies zambos o equino varos (por lo que no es un tratamiento moderno) y desde luego no puede curar a todos los niños, ya que según nuestra experiencia, únicamente funciona por completo alrededor del 50% de casos.
La estrategia que usamos actualmente nos pareció la mejor. Al ver que el problema no residía tanto en los músculos que estaban afectados, (como se explica frecuentemente a los padres), sino en la mala posición de los huesos calcáneo, astrágalo, escafoides y cuboides de la parte posterior del pie; lo que tratamos de conseguir fue precisamente separar estos huesos y colocarlos en la posición en la que estarían en un pie normal, y manteniendo dicha corrección con los yesos seriados.
Después de varios meses de aplicar este tratamiento, pudimos comprobar que nuestros esfuerzos no conseguían dar a los pies la forma adecuada para caminar correctamente. La propuesta de valor que hicimos fue no demorar más la solución. Recomendamos a los padres una cirugía, evitando así meternos en un bucle de yesos y más yesos y que, una vez quitados, los pies volvieran a deformarse, a pesar del uso de unas órtesis durante todo el día.
Hicimos una cirugía muy distinta a la que se enseña en muchos libros, (que consiste en alargar el tendón de Aquiles y los músculos contraídos de la parte interna del pie) y que es insuficiente para corregir la deformidad en muchos casos de pies equinovaros. Nuestro objetivo no era solo ese, sino colocar los huesos de la parte posterior del pie en su posición normal. Por ello separamos estos huesos respetando su vascularización y conseguimos colocarlos en su forma corregida sin tener que forzar el pie en ningún momento. Debido a la rigidez, la posición en equino no se corrigió solamente alargando el tendón de Aquiles, abriendo las cápsulas de las articulaciones afectadas etc. Únicamente cuando acortamos la tibia y el peroné 1 centímetro, los tejidos se relajaron y todo el resto fue rodado, obteniendo una suave y sencilla corrección de los pies. Después de un par de años tras la operación y de usar unas órtesis, el niño camina bien, sin que se haya reproducido la deformidad.
Sabemos que esto, no es un procedimiento habitual en muchos hospitales. Sin embargo el deseo de curar al paciente y el espíritu emprendedor para aplicar nuevas técnicas, (que va asociado a nuestra marca IICOP), son los motivos por los que nos decidimos a aplicar este tratamiento. Fuimos conscientes de que era algo distinto, pero la técnica demostró ser eficaz como también lo ha hecho en otros pacientes pediátricos y en adultos, (a los que hemos aplicado esta estrategia para corregir defectos similares).
Este video va dirigido sobre todo a los padres que tienen hijos con este problema y darles una luz de esperanza para que sepan que con los tratamientos que aplicamos sus hijos podrán andar sin problemas y tener una vida normal.
Aquí siempre hay un protagonista que es el paciente y una historia de cómo curamos su lesión a partir de las enseñanzas de nuestros mentores y de la experiencia acumulada en muchos casos parecidos. Gracias a esto mantuvimos el control de todos los detalles, tanto en el niño como en el trato con los padres, con el propósito de que sintieran a los médicos cercanos a ellos y conseguir un final feliz.
Eso sí, trabajando siempre en equipo para dar un sentido y un por qué a los tratamientos que aplicamos. En Medicina no hay ningún tratamiento infalible que cure al 100 % de los pacientes. Sin embargo, cuando aplicas estas estrategias con sencillez y constancia, te das cuenta de que los resultados son mucho mejores que los obtenidos previamente con otros tratamientos más conocidos y divulgados
Hasta aquí el video de hoy, espero que os haya resultado interesante. Suscríbete si has llegado por primera vez a nuestro canal y nos vemos en el siguiente video, verás como es aún más interesante.
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