Creo que la gente que pelea sanamente, por conseguir sus fines siempre triunfa. Y cuando esto es para recobrar la salud perdida todavía tiene más mérito. Por eso os traigo este testimonio que es la expresión pura de las ganas de superar un grave problema en ambos pies para poder caminar sin dolor.
Desde la ciudad de Wanda, al norte de Argentina, cerca de la frontera con Brasil y a unos 50 kilómetros de las maravillosas cataratas de Iguazú, es desde donde ha venido este paciente. Su pies se fueron deformando poco a poco debido a las torceduras repetidas que se producía al jugar al fútbol, hasta llegar unos importantes pies casos varos por inestabilidad. No recibió el tratamiento adecuado porque se ha extendido desde hace muchos años que las roturas de los ligamentos del tobillo, cuando son completas no se operan. Un vendaje, una escayola y evidentemente los ligamentos no se reparan de esa forma. El peso corporal y las torceduras repetidas debidas a la inestabilidad crónica hicieron el trabajo de ir deformando los tobillos. Llegó a ser tan importante que el astrágalo mal alineado llegó a horadar la superficie del pilón tibial, creando una deformidad en el tobillo.
Yo creo que la mentalidad de muchos médicos tanto en España como en otros países, debe de cambiar con respecto a los esguinces de tobillos. Esa mentalidad de no reparar los ligamentos, se desvanece unos centímetros más arriba cuando se trata del ligamento cruzado anterior de la rodilla. Un ligamento menos importante que los del tobillo, de una articulación más simple como es la rodilla y que realiza un trabajo de reacción la mitad que lo realiza el tobillo.
Cuando aterrizaron en Madrid, a primeros de Enero, enseguida les vimos en el IICOP y un día después les operamos, alineando sus tobillos, retirando todo el hueso que había crecido alrededor de la articulación y reconstruyendo la causa del problema que era la ausencia de ligamentos externos. Los reconstruimos de forma anatómica, consiguiendo restaurar el correcto alineamiento y devolviendo la capacidad de volver a moverlos normalmente.
Dentro de dos días tomaran un avión que les llevará a su país, ya curado y aunque le quedan unos meses de mucho ejercicio, estoy seguro que sus tobillos volverán a funcionar y se alejará la idea que le dijeron los médicos de su país de fijarle las dos articulaciones.
Espero que os guste su testimonio, lleno de emoción y mi admiración por la incansable lucha del paciente y su mujer por acudir a nuestra clínica y recuperar sus tobillos.