La verdad es que fue una pura coincidencia que las programáramos para operarlas a las dos, pero lo hicimos. Estas chicas de 19 y 21 años arrastraban problemas desde hacia muchos años. La primera vive en la zona del Vallès y la otra viene de la ciudad donde nació el famoso general Prim.
La historia de ambas tiene un nexo común y es el fracaso en los tratamientos aplicados para solucionar los problemas de los pies de ellas. Ambas fueron tratadas en conocidos hospitales públicos y privados sin resultados satisfactorios, quizás porque los profesionales que las trataron aplicaron tratamientos que eran fáciles y seguros para los médicos, pero no efectivos para los pacientes. Prefirieron quedarse en la zona de “confort y comodidad” en vez de adentrarse en la zona de “reto y desarrollo” dando un paso adelante para solucionar los problemas. Pero esto, en muchas situaciones es realmente imposible para ciertas personas, sean médicos, picapedreros o baristas. Desconocen que cuando te adentras en la zona de “reto y desarrollo” es cuando se produce el aprendizaje y el desarrollo tanto profesional como personal y por desgracia esto ocurre con muchísima frecuencia en la practica de la medicina.
La primera chica de 19 años nació con un lipomielo- meningocele, del que fue operada de niña. Luego siguieron tratamientos desafortunados, para tratar su pie cavo varo, tenotomías percutáneas del Tendón de Aquiles como se hace en el método Ponseti para los pies equino varos congénitos, transferencias tendinosas absurdas al pie, que no solo no la mejoraron si no que empeoraron su cuadro clínico. Porque tienen temor de alinear los pies o realizar mínimas fusiones articulares, que dan estabilidad. Tienen grabado a fuego que eso “no es posible en pacientes pediátricos”, siguen en la zona de confort.
Nosotros la hemos operado del pie derecho equino cavo varo, alineando el pie derecho, dándole estabilidad y deshaciendo la transferencia que habían hecho y realizado varias para equilibrar el funcionamiento muscular. Por supuesto no hemos alargado el tendón de Aquiles, ya que este ya es débil por la lesión de espina bífida que tiene, al contrario le hemos transferido dos tendones para que tenga más potencia para despegar el pie del suelo y mejorar su propulsión. Como se puede ver en las fotos pre y postoperatoria el aspecto del pie ha cambiado radicalmente.
En la segunda paciente, si que entramos decididamente en la zona de reto y desarrollo. Ella había tenido un accidente de tráfico con una moto, teniendo una fractura abierta de astrágalo.
La operaron una primera vez reduciendo mal el hueso fracturado, el dolor y el mal alineamiento del pie fue la consecuencia. Una segunda operación hecha desde la zona de “confort y comodidad”, mediante una artroscopia de la parte anterior y posterior del tobillo, quiso resolver un problema de mala reducción y mal alineamiento del pie. Nuevo fracaso de técnicas que valen para muy pocas cosas y que dejaron aún peor el pie y sin resolver la grave lesión articular que tenía y su mal alineamiento en equino y varo por retracción del tendón de Aquiles y la falta completa de movilidad del tobillo.
Realmente el reto era importante, por la lesión de la paciente y por la edad. Pero nuestro afán de desarrollar nuevos procedimientos en los que los principales beneficiarios sean los pacientes, es por lo que decidimos a implantarle una prótesis de tobillo Inbone 2. Sé que esto hará saltar los conceptos de muchos especialistas, pero siempre miramos por los pacientes y ella sabe la primera, que su prótesis le dará una calidad de vida magnifica, si la cuida. Que podrá practicar deportes suaves si lo desea y que si pasados 20 años, alguno de los componentes se desgasta, se le cambiará por otros fabricados con materiales más innovadores, quizás grafeno o alguna cerámica especial. Huirá de los agoreros miedosos y encasillados que ven como un sacrilegio poner prótesis a pacientes jóvenes, solo por prejuicios infundados y por no querer salir de su zona de confort donde viven felices, pero no resuelven los graves problemas de muchos pacientes. !Que busquen en hospitales de prestigio como el de la Universidad de Duke en North Carolina, donde innovan como nosotros¡ Por ejemplo.